Este trabajo registra la comunidad de riders de la ciudad de Manizales durante sus entrenamientos en un terreno adaptado para la modalidad Dirt Jump de BMX.
Dicho terreno, fue bautizado bajo el nombre de LA ARDILLA, que más que un gimnasio de arena, se ha convertido en un hogar, en un refugio, en un mundo donde habita una familia cuya característica principal se centra en volar sobre montículos de tierra semejantes a olas. 
Es en LA ARDILLA donde una rica variedad de texturas, matices humanos y lumínicos dan paso a una estética que decora las historias de estos jinetes del aire.