Me gusta mochilear, ir de terminal en terminal, de hostal en hostal.
Habitar diferentes espacios desde esta dinámica del viajar introduce distintos elementos a la orbita del turista. De alguna forma se obtiene una mirada etnográfica de los territorios, que sumado al registro fotográfico, da como resultado imágenes que evidencian las experiencias de dos protagonistas que se muestran sin censura cobijados por la luz del sol.
Dos meses antes de que estallara la pandemia en Colombia, Mariana y yo decidimos pasar fin de año en un pueblo caribeño llamado Capurganá. Quisimos vivir unos días junto a las playas del golfo de Urabá, donde el contraste de lluvia y sol determinó el ambiente de las fotografías.
Playas azules, verdes montañas, hostales, calles destapadas, cumbia y champeta fueron los componentes de esta mágica travesía.